26 feb 2016

BIENAVENTURANZAS DE LA CUARESMA

Felices quienes recorren el camino cuaresmal con una sonrisa en el rostro y sienten cómo brota de su corazón un sentimiento de alegría incontenible.

Felices quienes durante el tiempo de Cuaresma, y en su vida diaria, practican el ayuno del consumismo, de los programas basura de la televisión, de las críticas, de la indiferencia.

Felices quienes intentan en la cotidianidad ir suavizando su corazón de piedra, para dar paso a la sensibilidad, la ternura, la compasión, la indignación teñida de propuestas.

Felices quienes creen que el perdón, en todos los ámbitos, es uno de los ejes centrales en la puesta en práctica del Evangelio de Jesús, para conseguir un mundo reconciliado.

Felices quienes se aíslan de tanto ruido e información vertiginosa, y hacen un espacio en el desierto de su corazón para que el silencio se transforme en soledad sonora.

Felices quienes recuerdan la promesa de su buen Padre y Madre Dios, quienes renuevan a cada momento su alianza de cercanía y presencia alentadora hacia todo el género humano.

Felices quienes cierran la puerta a los agoreros, a la tristeza y al desencanto, y abren todas las ventanas de su casa al sol de la ilusión, del encanto, de la belleza, de la solidaridad.

Felices quienes emplean sus manos, su mente, sus pies en el servicio gozoso de los demás, quienes más allá de todas las crisis, mantienen, ofrecen y practican la esperanza de la resurrección a todos los desvalidos, marginados y oprimidos del mundo. Entonces sí que habrá brotado la flor de la Pascua al final de un gozoso sendero cuaresmal.

Miguel Ángel Mesa (Bienaventuranzas de la Vida, PPC)

24 feb 2016

CUADRO DE LAS ÁNIMAS BENDITAS

Estado anterior del cuadro
El cuadro fue un regalo de unos ascendientes de Matilde Barrena Ledesma, de Ojuelos Altos, a la Parroquia de Santa Bárbara. Estuvo puesto en la nave central de la iglesia en un altar propio en el que, durante todo el mes de noviembre, se celebraban las misas y se rezaba por los difuntos.

Después del Concilio Vaticano II, el altar fue desmantelado y el cuadro salió de la iglesia a un trastero. De aquí fue recogido por Pilar y Manolo que guardaron el lienzo doblado en su desván, pues el marco estaba en muy mal estado, hasta la llegada del párroco D. Antonio Barragán a quien se lo entregaron. Éste, tras ver el lamentable estado que presentaba, lo guardó en el desván de la casa parroquial.

Pasaron muchos años hasta que el anterior párroco, D. Juan Luis Carnerero, lo descubrió y lo llevó a la iglesia. Supo ver que era una obra de mérito y creyó que estando a la vista de todos se tomaría conciencia de que merecía la pena ser restaurado.

Transcurrido el tiempo, a través de Mati, se consiguió hablar con la restauradora Anabel Barrena para su reparación. Tras el fallecimiento de aquélla, en febrero del 2013, el contacto se retomó por mediación de su hijo Alberto.

Anabel Barrena se ofreció a restaurarlo sin coste alguno, por tratarse de una obra donada por familiares suyos, para disfrute de todos los feligreses de la parroquia.

Desde aquí, nuestro más sincero agradecimiento a Anabel Barrena por su generosa labor al haber devuelto el esplendor a esta maravillosa obra.

Proceso de restauración
Proceso de restauración




Proceso de restauración
Lienzo restaurado

16 feb 2016

VENTANAS NUEVAS EN LA IGLESIA DE SANTA BÁRBARA

En los primeros días de este mes se ha procedido a la sustitución de las ventanas de hierro que tenía la iglesia de Ojuelos Altos, colocándose en su lugar sendas vidrieras. Este proyecto fue uno de los últimos del anterior párroco, el cual dejó ya encargadas las ventanas y el dinero para su colocación.


Las vidrieras de la nave central de la iglesia están formadas por una imagen del escudo de Santa Bárbara y la otra por las azucenas de San Antonio. La vidriera de la capilla del Sagrario nos muestra la Santa Cruz.

















9 feb 2016

TIEMPO DE CUARESMA

La Cuaresma, como ya sabemos, es un tiempo especial para evitar las distracciones y concentrarnos más, de tal manera que conozcamos mejor el proceder divino y nos convirtamos en personas más amorosas en medio de nuestro mundo, el trabajo y en nuestro propio hogar; no sólo durante estos cuarenta días, sino toda nuestra vida. Además de esto, hay tres maneras tradicionales que nos ayudan a vivir la Cuaresma: oración, ayuno y obras de caridad.


San Pablo nos motiva a que oremos sin cesar. Toda nuestra vida puede ser una oración si elevamos nuestra mente y corazón a Dios en cada momento y acción de nuestra vida. Lo central de la Cuaresma es que oremos lo más frecuente y profundamente que podamos.

La finalidad del ayuno es crear conciencia. A menudo, consumimos alimentos, bebidas, entretenimiento y experiencias de una manera enajenante. También podemos ayunar del ruido para así crear más conciencia con respecto a nuestra propia vida. Seamos también conscientes de nuestra total dependencia de Dios respecto a cada uno de los dones y regalos que tenemos en la vida.