25 nov 2016

ESPERANDO AL SEÑOR: ADVIENTO

El Adviento es estar atentos al Señor que viene. No es, simplemente, un momento del Año Litúrgico. ¡Es un tiempo de esperanza! “¡Estar despiertos y vigilantes!” No es una amenaza. Es una exhortación. Es una actitud que abarca e ilumina toda la vida del cristiano. Es un mirar a Jesús que vino en la historia para enseñarnos a vivir humana y divinamente. Que viene en cada pobre y necesitado y vendrá al final de los tiempos como Él nos prometió.

Cada uno sabe cuáles son sus “excesos”. Ya es hora de “despertarnos” de nuestra apatía, nuestra indolencia y luchar con más decisión. Arranquemos de raíz todo aquello que puede desagradar al Señor que viene.

Año tras año, al llegar el Adviento, oímos que es un tiempo de cambio y preparación. Pero, ¿cambia “algo” en nuestra vida? Este el desafío de quienes “pretendemos” preparar el camino del Señor: cambiar el corazón, cambiar nuestra mentalidad. Esta actitud se llama conversión.

El camino del cristiano será imitar a Jesús viendo todo lo que podemos hacer para que los desalentados y oprimidos reciban una nueva esperanza…, comenzando por nosotros mismos. La esperanza y la alegría de un Dios que no se cansa de decirnos: "¡Sed fuertes, no temáis! Yo mismo vengo a salvaros”.

Lejos de ceder a la tristeza y al pesimismo, alégrate siempre en el Señor, porque Jesús viene a buscar y a salvar lo que estaba perdido. Algunas veces pareciera que, tanto escuchar y repetir que Jesús es Dios hecho hombre, nos hemos acostumbrado a las palabras y no valoramos la importancia de lo que significan.

Preparemos todo nuestro ser para celebrar este GRAN MISTERIO: Dios que se hace semejante a nosotros, menos en el pecado. En este camino al encuentro del Señor, es una excelente ocasión para mostrarle a Jesús que estamos vigilantes, atentos, activos… y con el corazón ocupado en amar a todos, especialmente a los más necesitados.

Di al Señor que ya llega, para que nos purifique y nos haga vivir la auténtica alegría de la Navidad.